La competencia arranco hace unas semanas. La lucha se basa en quien come mas ceviches, quien corre mas, quien baila mas y quien dice mayor cantidad de ideas (que no necesariamente son relevantes o se vayan a realizar). Las guerras sucias son cosas que han perdido sorpresa, han perdido chispa, se han vuelto muy comunes y vulgares. Presiento que los periodistas y demas entendidos se preocuparan a pocas semanas de las elecciones, cuando se percaten que ya falta poco y no hay propuestas claras ni dichas. Aqui en mi pais Peru, se venden caras, se venden payasadas. Los candidatos mas coherentes desaparecen de las encuentas y los mas polemicos y peligrosos figuran como favoritos de ser presos del amor popular.
Si las cosas fueran mas elitistas tal vez no colariamos decisiones tan incoherentes, el pueblo es facil de manipular y mas si es analfabeta, y mas si el congreso no es cernido.
Peru, Peru.
